CARTOGRAFÍA
Los mapas son una expresiónes simbólicas de procesos sociales y naturales de un tiempo y espacio específicos. Es por ello que en el caso del mapa de Cuahutinchan II (MC2), no se cumple la función de localizar lugares, tal como lo hacen los mapas actuales. Las formas topográficas que se representaron en el MC2, no corresponden con exactitud a las coordenadas de dichos lugares. En cambio el objetivo de este mapa, es establecer el orden y la composición del paisaje, de acuerdo con la cosmovisión y dinámica social de sus creadores. Su orientación tiene una desviación de 16 grados, respecto al norte. Para dicha orientación prehispánica, su norte era la ciudad de Teotihuacán, a partir de esta cartografía es posible comenzar a comprender la forma particular de ver el mundo y de explicarlo, que tenían estos grupos sociales.
El espacio y tiempo son categorías para comprender la organización del universo en una sociedad dada. Cada sociedad tiene una forma particular de plantear sus dimensiones espacio-temporales, a partir de las cuales construyen representaciones simbólicas de aquello que les rodea. Estos referentes proporcionan orden, sentido y significado a la práctica social y se construyen en relación con las dinámicas y procesos de poder, negociación, parentesco, conflicto y cooperación.
Esta configuración del espacio sigue una tradición pictórica prehispánica, en la que se representa un cosmos con un centro hegemónico delimitado por cuatro rumbos.
ESPACIO
Es la dimensión geográfica donde la calidad orográfica (elevaciones que puedan existir en una zona en particular como una región, o un país, etc.) y su descripción, adquiere una relevancia espacial, ya que el paisaje se asimila como una proyección de lo que dicha sociedad expresó iconográficamente mediante un lienzo.
Volcán Popocatépetl
Cerro que humea
Iztacíhuatl
Mujer Blanca
Matlalcuéyetl
Falda azul
Poyauhtécatl
Monte de la Niebla
TIEMPO
Es una construcción mental, a partir de este se configuran los símbolos y la noción de presente, pasado y futuro. El tiempo se puede comprender cómo un producto mediante el cual se regula y organiza la sociedad, con el fin de desarrollar sus ideas, creencias y saberes.
Para Mesoamérica, el tiempo se socializó y organizo a partir de un calendario cíclico, que dividió el tiempo en fracciones que se repetían anualmente. Dicho modelo partía de dos estructuras: una irregular, que consistía en el clima y el crecimiento de las plantas y otra regular que correspondía a la astronomía. Mediante la observación de los astros y el horizonte como referencia física, el amanecer y el ocaso se convirtieron en los momentos del día que permitían apreciar el movimiento del sol entre las montañas. Tanto el solsticio de verano como el solsticio de invierno se convirtieron en puntos clave para comprender dos aspectos importantes: la extensión del disco solar y su alcance hacia el norte y el sur; y la trayectoria que en medio de estos posicionaba al equinoccio. Esto permitió establecer unidades de medida con intervalos temporales, por lo que las irregularidades del paisaje montañoso fungieron como base de orientación temporal. Debido a ello, las comunidades construyeron puntos de observación desde ciertos puntos específicos en los que pudieron estudiar y unificar sus conceptos en torno al tiempo.